Reciban un sincero saludo en medio del ambiente de incertidumbre y desasosiego que vive el mundo entero. Espero que ustedes y sus familias gocen de la protección de Dios y de su amor sin límites.
Queridos amigos y Compañeros de viaje en esta fantástica aventura llamada vida. El mundo en que nacimos y crecimos ha cambiado drásticamente. Hoy estamos haciendo historia a causa de la pandemia del corona virus. Las autoridades nos han ordenado guardar distancia física y esto puede ser estresante.
Algunas organizaciones, compañías y personas se van a beneficiar de esta situación y otros no. Algunos van a morir y otros van a vivir. Los acontecimientos son evidentes, estamos creando una nueva forma de vida, y esto demanda sacar lo mejor de nuestra humanidad.
A muchos de nosotros nos ha causado temor ver a la gente en las tiendas peleándose por un paquete de papel de baño. Hasta podemos sentir miedo mirar a los ojos a la gente como si fuéramos a inféctalas con la vista. Pero, el virus no se pasa a través de la mirada, pero el miedo, el odio, la desconfianza y la indiferencia si son contagiosos y se pasan a través de la mirada. Por lo tanto, hoy les digo con la certeza que me da la fe “no podemos vivir en miedo”.
Se dice que los ojos son la ventana del alma, por tanto, hay que mirar a los demás con miradas amables, con cariño y respeto, como diciéndoles “animo, estoy contigo”.
Si queridos hermanos y compañeros de viaje, este es el tiempo de mostrar misericordia para el género humano. Es el tiempo propicio para reflexionar, darnos cuenta de que estamos hechos de lo mismo, sacar lo mejor de nosotros y agradecer cada minuto de vida.
Volvamos nuestro corazón a Dios, al Dios creador del cielo y de la tierra, al Dios de Jesucristo que renueva su Alianza de amor y se compromete con nosotros. Con profunda humildad hagamos un examen de conciencia para darnos cuenta quienes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos.
Una de las frases favoritas del Principito nos recuerda que “lo esencial es invisible a los ojos de la cara, solo se mira con los ojos del corazón”. Dicho de otro modo, el momento presente nos reta a ver lo esencial, lo que realmente vale, los valores eternos en los demás. Hay que amar a los demás y mirarlos con nuevos ojos, como diciéndoles que vale la pena ser humanos, compañeros y hermanos. Una mirada de amor, una mirada de fe puede suavizar nuestro rostro, respirar profundo y sonreír al prójimo y decirles “hola”, todo va a estar bien. Ten ánimo, no te rindas.
MIRAR CON AMOR EN TIEMPOS DIFICILES
El que estaba sentado en el trono dijo: «Yo hago nuevas todas las cosas.» Y también dijo: «Escribe, porque estas palabras son verdaderas y dignas de confianza.» (Apocalipsis 21,5).
Amen.